Ubicación:
Los guaraníes son un grupo de pueblos sudamericanos, cuyos habitantes viven en el noreste de Argentina(Corrientes, Misiones, Entre Ríos y parte de las provincias de Chaco y Formosa), sur y suroeste de Brasil(RS, SC, Paraná y Mato Grosso del Sur), la mayor parte de Paraguay, sureste de Bolivia; en cuanto al estado del Uruguay aunque su nombre es de origen guaraní en su actual territorio no vivieron guaraníes sino pámpidos como los charrúas, chanás, arachanes, tapés etc. que entre los siglos XV y XVIII sufrieron un gran influjo lingüístico desde el idioma guaraní.
Vestimenta:
Los hombres prácticamente no usaban ropa, en cambio las mujeres usaban una especie de tapa triangular de plumas o algodón tejido por ellas mismas. Desde la llegada de los misioneros los hombres comenzaron a utilizar un chiripá y una especie de taparrabos (baticolas) confeccionadas con la chala u hojas del maíz, fibra de ortiga o algodón; las mujeres comenzaron con el uso del typoi (túnica del algodón sin mangas, hasta los tobillos), para los días fríos se utilizaba el killapy' una especie de manto hecho con pieles como las del roedor acuático llamado killá o quillá. ( "KYJÁ" es el nombre correcto )Hombres y mujeres utilizaban adornos, tatuajes con pinturas fabricadas con la mezcla de especies vegetales, complementado con plumas de aves, amuletoscolgados en el cuello, collares confeccionados con huesos de animales y semillas.Los distintivo entre varones y mujeres consistía en que los varones a partir de la pubertad llevaban una especie de clavo (de madera, hueso o piedra) ensartados debajo del labio inferior (tembetá) y las mujeres en las orejas.
Desarrollo tecnológico:
Los guaraníes elaboraban sus útiles para cocinar, comer y tomar agua en arcilla. Eran unos excelentes alfareros. Con corteza fabrican unos recipientes con diferentes formas: y se usaban para transportar las cosechas desde el campo y para guardar adornos y ropa. Con cestería se confeccionaban cemidores para la harina de maíz o mandioca. Con la cáscara seca de la calabaza fabricaban platos y botellones. Con la madera formaban sus cucharas, morteros para moler el maíz para formar harina, banquitos para sentarse. Ellos construían sus casas, sus instrumentos de trabajo, armas, adornos, los utensilios del hogar y cerámica.
Los guaraníes elaboraban sus útiles para cocinar, comer y tomar agua en arcilla. Eran unos excelentes alfareros. Con corteza fabrican unos recipientes con diferentes formas: y se usaban para transportar las cosechas desde el campo y para guardar adornos y ropa. Con cestería se confeccionaban cemidores para la harina de maíz o mandioca. Con la cáscara seca de la calabaza fabricaban platos y botellones. Con la madera formaban sus cucharas, morteros para moler el maíz para formar harina, banquitos para sentarse. Ellos construían sus casas, sus instrumentos de trabajo, armas, adornos, los utensilios del hogar y cerámica.
Arquitectura:
Los canales de expresión cultural fueron múltiples: la música, la pintura, el tallado, la arquitectura, la cerámica, la lengua guaraní, la escultura en piedra.
Los pueblos guaraníes eran bellos, eran agradables a los sentidos. Los templos, con sus alhajas y demás ornamentos, impactaban al visitante habituado a la pobreza estética de la mayoría de los templos de los pueblos de españoles.
Forma de escritura:
LENGUAJE: se distinguían tres grupos con características dialectales;
1.- El amazónico que habla de ñe engatú ( lengua hermosa o pulida ).
2.- El Tupí o Tupinambá ( guaraní de la costa atlántica ).
3.- El grupo caracterizado por hablar el avañe-é (lengua del hombre ), que comprende los dialectos del Paraguay, Bolivia, Argentina y sur de Brasil, emparentados entre sí.
Un ejemplo viviente son las inscripciones del Cerro Polilla (Yvytyrusu, Guaira). Un rstudio nuestra la probable manifestación gráfica de los Guarani son las inscripciones que existen en algunos tramos de la Cordillera del Yvytyrusu. Inscripciones que ya fueron analizadas por varios especialistas, entre ellos, el señor Nicolás Deyón, docente holandés, quien luego de sus estudios que dichas inscripciones no son rúnicas (es decir de los vikingos), sino púnicas (es decir de los cartagineses).
En efecto, una parte del informe de Deyón dice que cerca de 10 kilómetros detrás de Villarrica en las montañas del Yvytyrusu está el Cerro Polilla, cercano a un campo militar, en el terreno de un señor de apellido Fernandez existe una pared blanca con dibujos y letras o petroglyfos llamados los doce alfabetos del Yvytyrusu. De los doce, el Nº 10 es realmente un alfabeto, leyendo desde abajo, de derecha a izquierda. Afirma
Deyón que la secuencia es hebrea: vocales dobles, vocales, y A B G D H V Z I Q J L M N S P T . La mayoría de las letras son de origen púnico de Cartago, con alguna influencia Romana y un fuerte parecido con el Rúnico de los Nórdicos.
Producción literaria:
Conocer otro idioma es aproximarse a otro mundo, forjado en el corazón de los hombres que trabajan semejantes metales con el mismo fuego, pero con instrumentos tan distintos que dejan en la obra la marca inconfundible de su singularidad.
Leyendas, mitos, tradiciones, historia, han vagado por los aires mientras las palabras revivificantes de los hombres mantienen su existencia. Después, cuando ya no hay portavoces de sus enseñanzas, el espíritu que las creó queda tenuemente bosquejado en la roca, en la madera, en el oro, en el hierro, muchas veces en forma tan difusa que pasa a ser encasillado en catálogos que lo distinguen con números romanos o con otros signos que nada dicen de su magnificencia.
Hay, sin embargo, quienes se esfuerzan por plasmar ese espíritu a costa de sacrificios y dedicación, que escrutan en el presente y en el pasado a través del más noble lazo del hombre: la palabra. Ellos serán algún día los acreedores de un firme pensamiento filosófico que ligue a la humanidad con base en el conocimiento y la tolerancia; cuando se comprenda que los conceptos son tan sólo el producto de la acción humana particular frente al mundo; cuando desaparezca como pretexto bélico la idea creada por la mente etnocentrista y no se oiga más el calificativo de hombres-niños dado a aquellos que no tienen fuerza suficiente para defenderse, pero que poseen riquezas envidiadas.
León Cadogan rescata día a día el pensamiento guaraní. Conocedor de varias formas dialectales, inquiere, penetra, medita, traslada al castellano y da a conocer, en eruditas obras, el pensamiento de los grupos guaraníes más importantes, principalmente el de los mbyás, habitantes del Guairá paraguayo.
En un principio, con un interés que no pasaba de ser curiosidad simple de quien tiene tratos esporádicos con los indios, recogió algunos cantos. El interés fue en aumento, tornándole en un intermediario entre los mbyá-guaraníes y las autoridades administrativas paraguayas.
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